Presidente de Empresas CMPC y proceso constitucional: "El desafío es hacer sentir la voz de la mayoría silenciosa"
En el marco de la Enade, Luis Felipe Gazitúa reconoció que este año está "lleno de incertidumbres y desafíos", pero es optimista.
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Tomándose un "minuto de reflexión" por los hechos ocurridos hace una semana en La Araucanía, con el fallecimiento de un agricultor y un efectivo de la Policía de Investigaciones de Chile (PDI), el presidente de Empresas CMPC, Luis Felipe Gazitúa, retomó su cruzada de instalar en la agenda pública la crisis que se vive en la zona, recalcando que Chile tiene una "inmensa deuda" con la provincia de Arauco y la Región de La Araucanía.
Pero también sinceró su mirada de cómo vislumbra este año que aún arrastra una crisis sanitaria que no da tregua. "Venimos de un año 2020 en el mundo de las empresas complejo. Enfrentamos una realidad inimaginable, nadie pensó lo que nos iba a ocurrir, pero también las empresas hemos sacado lo mejor de nosotros mismos", aseguró este jueves al participar en el panel "Economía de vacas flacas" en el marco de la Enade 2021.
Sin embargo, fue claro que "enfrentamos ahora un 2021 lleno de incertidumbres y lleno de desafíos, pero yo soy optimista", explicando que esto proviene además de la forma que han enfrentado el 2020.
Luego, sobre el camino constitucional, indicó que "el riesgo que hay en este año es que las voces violentas, que siempre son las que más se notan, conduzcan el proceso, conduzcan lo que estamos haciendo en Chile hacia caminos que nosotros no queremos".
"Yo creo que el desafío es hacer sentir la voz de la mayoría silenciosa", añadió.
Eso sí, en su exposición, Gazitúa también reconoció que las empresas están "tremendamente desafiadas". De entrada, apuntó a que las firmas tienen problemas de imagen, aunque dijo que "no estamos solos en eso, estamos bastante bien acompañados". A esto se suma desafíos ambientales, un ambiente generalizado de desconfianza, sectores severamente afectadas por la pandemia y cambios en las reglas del juego.
"De nosotros se espera que demos empleo, que invirtamos, que tiremos el carro y seguramente vamos a enfrentar más regulaciones. Esto hace que la vida nuestra será más difícil. Frente a esto hay dos opciones: refugiarnos o mirar esto como una tremenda oportunidad. Yo, sin ninguna duda, como hombre de empresa, por muchos años elijo lo segundo: hacernos cargo de estas oportunidades", lanzó.
En esa reflexión, profundizó en la necesidad de construir empresas más sustentables, ya que "no hay sustentabilidad para las empresas si no hay sustentabilidad económica". Si bien dijo que eso es lo primero e imprescindible, no es lo único, porque el mundo requiere hoy sustentabilidad en otros ámbitos. "Tenemos enormes desafíos ambientales porque en los últimos 200 años que han sido de crecimiento gigantesco en el mundo no han sido gratis para el medio ambiente", reconoció.
Por esto, en el mundo de las empresas, sostuvo que "tenemos que enfrentar eso con decisión, tenemos que ser nosotros los que discutamos los temas de biodiversidad y los que nos hagamos cargo de los problemas medioambientales".
"No debemos dejarle el espacio a grupos de interés. Somos nosotros los que tenemos un rol que jugar en ello", advirtió.
También ahondó en el desafío que impone la desconfianza. Asumiendo que las empresas están al lado de los protegidos y la ciudadanía de los desprotegidos, el máximo ejecutivo de CMPC hizo presente que la gente siente que hay "tremendas asimetrías".
Y describió: "Uno escucha: si no pago, me cortan la luz, me cortan las cuentas. Si no pago, me mandan a Dicom. Si las empresas dan un mal servicio, no les pasa nada. Eso es lo que siente la gente. De eso tenemos que hacernos cargo".
Incluso, el ejecutivo fue más lejos y tomó una experiencia personal para ilustrar su reflexión. Relató que tiene un servicio de alarma con una importante empresa en Chile y descubrió hace ocho meses que hace 24 meses le cobraban por un servicio que no se le prestaba. Desde ese momento, lleva ocho meses tratando de regularizar la situación, donde se ha enfrentado a call center y correos sin respuesta.
"Tengo posibilidad de conseguir amigos que me resuelvan el problema. Yo pienso qué pasa con la gente que no tiene esa posibilidad. Llevo tres meses conversando con el call center, con los correos, la última vez me dijeron hace 45 días que en 15 días hábiles me iban a contestar. Eso lo causamos nosotros, el mundo de las empresas", sentenció.
Asimismo, Gazitúa agregó a la lista de desafíos que las empresas tienen que ser más conscientes e involucrarse en lo que pasa en los territorios donde se desempeñan. Y aunque algunos ya lo hacen, dijo, "siempre se puede hacer más".
En esa línea, el ejecutivo manifestó su interés de reivindicar la importancia de las grandes empresas. "Nosotros en nuestro encadenamiento productivo trabajamos con muchos emprendedores", señaló, agregando que las grandes firmas pueden involucrarse en temas que son del ámbito público por su tamaño e influencia. Por esto, enfatizó en la importancia de la modernización del Estado.
Y afirmó: "Cuando se habla de modernizar el Estado se entiende que es de derecha. Cuando habla de proteger en la carrera funcionaria piensa que es de izquierda. Eso es un error. Cuando uno habla de promover el sindicalismo es de izquierda. Cuando uno habla de flexibilidad laboral es de derecha. Eso no es cierto. En Chile todos tenemos que hacernos cargo de esas realidades, resolver esos problemas y enfrentarlos con decisión".
La petición de Briones
En el panel de conversación, Gazitúa le consultó al ministro de Hacienda, Ignacio Briones, qué le pediría a las empresas en este año que recién comienza. La interrogante fue abordada con un largo pedido.
Para el jefe de las finanzas públicas, la primera petición es entender que las empresas son familias, ecosistemas, por lo que es valioso que éstas apoyen a las pequeñas firmas. Y, además, lo hagan con las organizaciones de la sociedad civil, no solo con sus comunidades.
Sin embargo, fue enfático al abordar el rol de la autorregulación, el que -a su juicio- pasa por denunciar "con todas sus letras, sin eufemismos, las malas prácticas aunque sean de tu mejor amigo y quizás con mayor fuerza si es de tu mejor amigo". Esto, porque "la percepción de desigualdad, de desconfianza que eso genera, que la empresa se vea como un club cerrado, una elite monolítica en vez de ser una elite abierta, permeable a los nuevos desafiantes, es fatal para el mercado".
Al final, dijo, la competencia es la fuente de beneficio para los consumidores, de eficiencia y de innovación. "La competencia es la fuente de legitimidad del mercado porque la verdadera competencia implica una cancha abierta, pareja, sin cartas marcadas. Es la clave para tener mercados más legítimos", aseveró.
Más allá de los casos emblemáticos de colusión, Briones apuntó a muchas faltas que calificó "tipo hormiga" que van generando una sensación de desapego entre las personas, y enfatizó en la importancia de tener sanciones acorde a la gravedad de la vulneración de la fe pública que suponen.